¿Quién alguna vez no ha sentido un calambre muscular? Se trata de contracciones musculares dolorosas e involuntarias que pueden tener su origen en un músculo o en varios músculos sinérgicos, es decir, en varios músculos que realizan la misma función mecánica. Su duración puede oscilar entre unos segundos hasta unos minutos. En cualquiera de los casos, pero especialmente en los de más duración, el músculo o músculos afectados pueden quedar sensibilizados durante algún rato. Aunque puede producirse en casi cualquier parte del cuerpo lo más frecuente es que se produzcan en las extremidades inferiores.
Es importante diferenciar entre dos tipos de calambres para poder establecer las causas y, por consiguiente, el tratamiento más adecuado
1. Calambres parafisiológicos o esenciales:
- Aparecen durante un sobreesfuerzo ó tras mantener un largo tiempo una misma posición.
- Se deben fundamentalmente a la fatiga muscular (calambres de esfuerzo).
- Afectan sobre todo a la zona posterior del muslo, la pierna o el pie.
2. Calambres sintomáticos, dentro de los cuales se encuentran varias causas:
- Vasculares (arteritis, varices, flebitis).
- Estáticas (pie plano, deformaciones de la rodilla o de la cadera).
- Nerviosas (Neuritis, polineuritis, ciáticas, esclerosis lateral amiatrófica).
- Metabólicas (diabetes).
- Endocrinas.
- Musculares (miopatías varias).
Los calambres comunes deben distinguirse de los fenómenos de espasticidad piramidal o extra-piramidal, de las miotonías y de las distonías de función o también llamados “calambres profesionales”, producidos por la acción de movimientos repetitivos que generan contracturas involuntarias dolorosas pudiendo incluso obligar al sujeto a interrumpir la actividad que está realizando. Para abordar este tipo de patología es útil la reeducación psicomotriz, la percepción del esquema corporal y mejorar la coordinación.
También es importante diferenciarlos de la Enfermedad de los Calambres de Wildar, que es una entidad muy particular acompañada de astenia y de un estado depresivo importante.
En el tratamiento de los calambres la fisioterapia adquiere un papel importante ya que puede mejorar el pronóstico del origen del problemas y mejorar, también, la calidad de vida del paciente.
¿Qué hacer para superar un calambre?
Durante la aparición del calambre, es fundamental realizar un estiramiento muscular de forma lenta y prolongada hasta notar que el calambre remite. Posteriormente, puede acompañarse de la aplicación de calor y, posteriormente es recomendable la realización de masaje circulatorio suave.
En cuanto al tratamiento preventivo de los calambres, los fisioterapeutas utilizan el masaje con el objetivo de mantener un tono adecuado de la musculatura, y recomiendan estiramientos activos en cadena, así como actividad física regular para mantener un buen estado muscular.