Una de las razones por las que las mujeres padecen más problemas podológicos que los hombres son los tacones, especialmente los tacones altos, y los zapatos estrechos.
El uso abusivo de zapatos de tacón alto y zapato estrecho suele provocar problemas como juanetes, callos, dedos de martillo, nervios comprimidos, alteraciones en el talón de Aquiles. Pero su uso puede desencadenar, también, problemas de espalda, rodillas...
El tacón desplaza el peso del cuerpo hacia delante, aumenta la presión sobre los dedos y traslada los puntos naturales de apoyo. Además, obliga a corregir la postura corporal para compensar este ‘desequilibrio’ por lo que desde el tobillo hasta las cervicales, todas las articulaciones se resienten.
A continuación vamos a presentar de forma breve y sencilla algunas de la patología más comunes provocada por los tacones:
- ‘Hallux valgus’. La misma presión que genera el neuroma es responsable de esta lesión caracterizada por la desviación hacia dentro del dedo gordo, que puede llegar a montarse sobre el segundo, con la consiguiente alteración de la articulación y la prominencia de la cabeza del primer metatarsiano que forma, en el lateral del pie, el conocido juanete. Los zapatos estrechos y de tacón alto predisponen a su aparición que conlleva dolor, irritación, inflamación y, en ocasiones, procesos infecciosos. Dado el componente genético, si existen antecedentes familiares de juanetes lo mejor es no utilizar un calzado inadecuado.
- Sesamoiditis. Los sesamoideos son dos huesos pequeños y redondos localizados bajo el metatarsiano del dedo gordo. Están incluidos en el aparato articular y cumplen una importante función en el movimiento de despegue del pie del suelo. La tensión excesiva puede originar su inflamación e incluso su fractura.
- Dedos en martillo. Los dedos de martillo son un encorvamiento hacia arriba de los huesos secundarios a una mecánica inadecuada del pie. Además del dolor, es frecuente la aparición de callos en la protuberancia formada.
- Neuroma de Morton. Un tacón de ocho centímetros provoca siete veces más esfuerzo en la punta del pie que uno de dos centímetros. Este exceso de presión comprime los nervios plantares, provoca inflamación, fibrosis y disminución del riego sanguíneo lo que se traduce en hormigueo, dolor, ardor que empeoran al caminar. El neuroma de Morton puede aparecer en todos los dedos del pie pero es mucho más frecuente el tercero y el cuarto.
- Inestabilidad del tobillo. Esguinces y microtraumas repetitivos son también habituales entre quienes usan tacones.
- Inflamación del tendón de Aquiles. La postura a la que obligan los zapatos altos acorta la longitud del tendón hasta tal punto que puede llegar el momento en el que caminar sobre plano resulte doloroso.
- Artrosis de la rodilla. Numerosos estudios han relacionado el uso de tacones altos con la aparición de este trastorno que es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres. Se genera por el aumento de la presión en las superficies articulares de la rodilla.