Las afectaciones neurológicas pueden provocar alteraciones en la estática corporal, la marcha y el equilibrio. Las alteraciones biomecánicas derivadas de enfermedades neurológicas pueden llegar a dificultar la realización de actividades cotidianas como subir escaleras, incorporarse tras un periodo de descanso o andar.
De todas las alteraciones neurológicas posibles, la más común es la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, la cual cursa con una deformidad en los pies asociada a la garra de dedos en niños. Los tratamientos para esta patología suelen ser quirúrgicos, dado que los conservadores en deformidades severas son insuficientes. El tratamiento quirúrgico se subdivide en tres categorías:
- Sobre partes blandas. Aplicada cuando la deformidad es flexible.
- Osteotomías.
- Estabilización articular. Conocida como doble o triple artrodesis; consiste en la fijación articular posterior del pie.
Este tipo de cirugía puede conllevar una complicación posterior previsible, la sobresolicitación de articulaciones adyacentes y la aparición por tanto de osteoartritis. El estudio y aplicación posterior de elementos ortopédicos a medida es aconsejable.
En pacientes diabéticos con Charcot-Marie-Tooth es habitual ver, cuando la enfermedad cursa con varios años de evolución, una neuroartropatía la cual consiste en una actividad osteoclástica superior a la normal, es decir, destrucción ósea con la consecuente osteopenia y desestructuración del tarso.
La cirugía está indicada en pacientes con graves deformidades. De no tratarse pueden derivar en amputaciones futuras debido a complicaciones por la aparición de úlceras.
Otros tipos de pie neurológico son los que se presentan en pacientes hemipléjicos y dipléjicos.
Este tipo de pacientes deben ser controlados durante largos periodos de tiempo debido a las variantes y posibles complicaciones futuras que pueden presentar los pies, la combinación de tratamientos quirúrgicos y ortopédicos es indispensable para mejorar en la medida de lo posible la calidad de vida de estos enfermos.