¿Quién alguna vez no ha sufrido las molestas y dolorosas ampollas o rozaduras en los pies? ¿A quién no le han amargado un día de turismo? Nos referimos a una de las lesiones más incómodas que incluso pueden alterar las actividades sencillas de la vida cotidiana como caminar. Molestas, dolorosas, difíciles de curar, las ampollas también pueden prevenirse. Y esa es una de las cuestiones que vamos a tratar en este artículo gracias a los consejos de nuestros podólogos de nuestras clínicas en Ourense y Ribadavia.
¿Qué son las ampollas y por qué aparecen?
Se trata de acumulación de líquido, bien transparente o bien sanguinolento, causada por el roce reiterado del calzado con la piel o incluso de entre los dedos. Es una reacción de defensa de la piel para protegernos, porque la burbuja que aparece se forma en la epidermis.
Son varios los motivos por los que pueden aparecer las ampollas y rozaduras en los pies;
- Roce o fricción reiterada. Como ya hemos adelantado se trata de la principal causa d de aparición. La fricción entre la piel y el calzado de forma continuada provoca rozaduras. Esta lesión también puede darse por la fricción de piel con piel y entonces la lesión suele aparecer entre los dedos.
- Quemaduras. El sol, productos químicos o líquidos a altas temperaturas, como el agua hirviendo, pueden ocasionar ampollas.
- Pie de atleta u hongos en los pies. Los hongos en los pies, como sucede en la patología del pie de atleta, también pueden llegar a producir ampollas.
- Espolón calcáneo. El crecimiento del hueso del talón genera un roce excesivo de dicha zona con el calzado. Esta fricción deriva en las mencionadas lesiones cutáneas. .
- Reacciones alérgicas, enfermedades cutáneas como la dermatitis o infecciones en la piel como la varicela también pueden ser causa de la aparición de ampollas.
¿Deben explotarse las ampollas?
El tratamiento de las ampollas y rozaduras de los pies requiere seguir estas cuatro medidas:
1. Lavar la zona con jabón y aclarar con abundante agua tibia.
2. Secar bien con gasas y aplicar clorhexidina o povidona yodada.
3. Tapar la zona con una gasa antiadherente (para evitar que se pegue) y cubrir con espradrapo de papel (tiene mejor transpiración).
4. En caso de que la ampolla tenga gran tamaño y nos impida caminar por el dolor que provoca (el líquido es el causante de esta molestia), la deberemos abrir y drenar, y nunca quitarle la piel. Si la lesión se queda al descubierto (sin piel), limpiaremos la zona para desinfectarla y colocaremos un apósito específico de los que se conocen como “segunda piel" o “piel artificial” (tendrá que cubrir totalmente la zona lesionada). Nunca colocaremos encima de la zona dañada un apósito que contenga adhesivo, ya que al despegarlo podemos dañar más esa parte.
Para evitar infecciones y utilizar los materiales clínicos adecuados, es recomendable acudir a un profesional para el drenaje y curación total de esta lesión
¿Cómo prevenir las ampollas?
- Hidratación: tener la piel bien hidratada durante todo el año con cremas específicas de pies es fundamental para evitar rozaduras.
- Calcetines. Se deben utilizar durante todo el año, incluso en verano, si vamos a salir a caminar o correr. Existen en el mercado calcetines confeccionados con materiales técnicos y sin costuras que ayudan a la transpiración y ventilación, creando unas mejores condiciones para evitar el roce y la humedad, aspecto importante para evitar lesiones en la piel.
- Calzado adecuado. Es el factor más importante.
- Para llevar en el día a día o para practicar deporte, el calzado lo debemos ir a comprar a última hora del día, cuando los pies están más dilatados.
- Si un calzado nos aprieta en la tienda, nuestro consejo es que no esperemos que se “estire” . Debemos cambiar de modelo o de talla, hasta sentirnos cómodos con el calzado desde el primer momento.
- No es aconsejable estrenar un calzado para ir a andar o practicar deporte. Para realizar actividades en las que vamos a caminar más de lo normal, siempre debemos utilizar un calzado que ya esté adaptado a nuestro pie, o sino ir adaptándolo de forma progresiva.
- Si los zapatos los tenemos guardados de otras temporadas, habría que darles uso varios días antes de ir a caminar o realizar una salida más larga de lo normal. El material se puede “secar” y provocarnos lesiones.
- Escoger el calzado adecudado para cada actividad es esencial ya que no solo evitaremos rozaduras sino también lesiones más graves que afecten a otras partes de nuestro cuerpo. Si buscamos unas zapatillas para practicar running, solemos aconsejar una talla más de la que usamos en el calzado de calle, así evitaremos presiones, roces y ampollas.
- Vaselina, si se estrena o se va a realizar una caminata muy larga es aconsejable emplear vaselina o lubricantes específicos conocidos en el mercado como crema anti-rozamientos, aplicando más cantidad en las zonas propensas a sufrir rozaduras.
- Estudio biomecánico de la pisada. Si las ampollas siempre aparecen siempre en las mismas zonas, lo mejor es acudir al podólogo para realizar un estudio biomecánico de la pisada, ya que el problema se podría solucionar con unas plantillas personalizadas Podoactiva, corrigiendo la distribución de las cargas.
Aplicar estos consejos en nuestro día a día será útil para evitar la aparición de ampollas y rozaduras en la piel de los pies. Además, también será positivo ir descalzos en casa y practicar ejercicios para estimular la musculatura intrínseca del pie ayudando así a la alineación de los dedos y logrando una piel más fuerte.